Baila como si nadie te estuviera viendo

Ene 2, 2023

Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después… Después de terminar la carrera, después de conseguir trabajo, después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces… después de tener otro.

Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños. Después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar. Pensamos: «Seremos más felices cuando salgan de esa etapa».

Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro esposo o esposa le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos. 

La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora mismo.

Si no es ahora, ¿Cuándo? La vida siempre estará llena de luegos, de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas.

Una de mis frases favoritas es de Alfred D. Souza, quien dijo: “Por largo tiempo parecía que mi vida estaba a punto de comenzar”. ¡La vida de verdad! Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, alguna deuda que pagar. Entonces la vida comenzaría.

Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida. Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad. La felicidad es el camino y es ahora… asi que atesora cada momento que tienes, y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial para compartir tu tiempo, y recuerda que el tiempo no espera por nadie.

Así que deja de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que te enamores, hasta que encuentres trabajo, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente este para ser feliz.

La felicidad es un trayecto, no un destino.

Así que: Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido, y baila como si nadie te estuviera viendo.